Haz copias de seguridad regulares de la información más importante que utilizas en tu día a día. Guarda estas copias en ubicaciones seguras, como discos externos o servicios de nube, y con protección adecuada. Esto te ayudará a recuperar los datos en caso de pérdida, robo o ciberataques.
No confíes únicamente en un único dispositivo para almacenar tu información.